Tomar una fotografía es mucho más que retratar una porción de la realidad. Por eso es que la fase de encuadrar es una de las partes más importantes del proceso de creación en fotografía. Si quieres conocer más acerca de esta estrategia, los tipos de encuadre, las particularidades de cada uno y en qué momento es conveniente utilizarlo, en este artículo te lo contamos.
¿Qué es el encuadre?
Antes de hablar de los tipos de encuadre y sus diferentes usos, es necesario saber a qué nos referimos cuando hablamos de encuadre. Este hace referencia a la porción de la escena que el fotógrafo desea tomar. Es la parte del espacio que se captará y el plano que va a obtener cuando se realice la captura fotográfica. En el encuadre se eligen y organizan los elementos que el fotógrafo quiere incluir o resaltar en la fotografía.
Hay diferentes formas de encuadrar. Algunas recomendaciones a tomar en cuenta son las siguientes:
- Idear con anticipación el encuadre para que luego que estén decididos todos los elementos que se incluirán en la fotografía, se ajusten los parámetros de la cámara al llevar a cabo el retrato.
- Componer la fotografía al mismo momento en que se realiza el encuadre. Es decir, se decide qué elementos se incluirán o no en el instante previo a apretar el disparador.
- Tomar la foto para posteriormente realizar un re-encuadre en el proceso de post producción.
Tipos de encuadre
Como adelantamos anteriormente, existen diferentes tipos de encuadre, la decisión de adoptar por uno u otro dependerá del mensaje que quieras transmitir en la fotografía.
- Encuadre horizontal: Es el que se elige comúnmente. Este tipo de encuadre insinúa un ambiente de tranquilidad y relajación. Puede ser una elección más efectiva que la orientación vertical si pretendes comunicar una sensación de estabilidad.
- Encuadre vertical: Este encuadre genera imágenes más estables. Sugiere firmeza y fuerza. Es más recomendable en la fotografía de tipo retrato.
- Encuadre inclinado u oblicuo: Este tipo de encuadre ofrece mayor dinamismo que los demás encuadres. Además, ofrece movilidad e inquietud.
Cómo mejorar tus encuadres
Toma en consideración estos consejos para que tus encuadres queden perfectos:
- Llena el encuadre: De acuerdo a la situación que desees transmitir, tendrás que elegir por qué aspecto resaltar en tu encuadre.
- Ubicación de los elementos: Elegir el encuadre y ubicar los objetos en un lugar determinado es fundamental de acuerdo a lo que quieras plasmar en ese retrato. Es importante que los elementos queden situados en sitios armónicos con el resto de la imagen.
- Fragmentar el encuadre: Las divisiones más interesantes dentro del encuadre son las que permiten una relación definida entre ellas. Ordenadas de forma simétrica resaltarán lo que se desee en la imagen.
- El horizonte en el encuadre: La ubicación de la línea del horizonte dentro del encuadre es más significativa de lo que puedes imaginarte. De acuerdo a la altura que le asignes, lograrás comunicar diferentes sensaciones al espectador.
- Encuadre dentro de un encuadre: Al ubicar un borde alrededor de la imagen principal, se crea una sensación de estabilidad, organización y control.
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